lunes, 29 de agosto de 2016

¿ Cómo relaciona el paradigma de la complejidad con la irrupción de Internet y su impacto en la educación?
    De acuerdo, con Daniel Canella, la enseñanza que se dictó durante los primeros 50 o 60 años del siglo XX permitía una transferencia de conocimientos que permitían la producción de recursos  valiosos  para la vida laboral del alumno, en un marco de menor presión para el docente. Hoy las cosas ya no son así: desde ciertas visiones simplistas que sólo ven algunas de las causas, se escuchan reflexiones sobre la ineficacia de los cambios con tono nostálgico de los antiguos métodos. Por esto, es necesario hacer una mirada sobre los cambios de paradigmas que atraviesan a nuestra sociedad en su manera de concebir al mundo.
   Al paradigma de la simplicidad lo ubicamos históricamente en la modernidad. Surge como respuesta a cambios que los hombres de occidente producen en diversos órdenes, tanto en sus relaciones de producción, como en relación a la posesión de los bienes y su relación con el poder; es decir, su organización social , política y económica. Este paradigma de la simplicidad se construyó sobre la idea de un hombre capaz de procesarlo todo por su capacidad de razonamiento y de poner en duda hasta la misma concepción de Dios (rectificada luego por Descartes, y Darwin entre otros).
   El paradigma de la complejidad es  en gran medida diferente sin ser lo contrario que el anterior. La nueva ciencia concibe al universo como complejo y caótico. El mérito de la complejidad es el de denunciar la metafísica del orden.
   La diferencia más importante entre estos dos paradigmas, es que el paradigma de la complejidad incluye al hombre y su punto de vista en el estudio de la realidad en forma autocrítica, lo que no hacía el paradigma anterior, que confiaba ciegamente en el poder de la razón.
   Los recursos que la tecnología brinda son utilizados de modo diferenciado según las necesidades de cada grupo social; aparece la diversidad en la unidad. Entendemos a internet como un sistema abierto, que es parte de un sistema superior, como la sociedad de la información, y que a su vez integra otros sistemas como medios de comunicación. Esto aplicado a la educación, desde la perspectiva de la complejidad y desde el punto de vista educativo, presenta la oportunidad de generar reflexión- acción sobre los valores de la participación ciudadana, el aporte para la construcción de la democracia, y darles voz a los sin voz, pudiendo contextualizar desde donde trabajamos con la identidad de argentinos, de ciudadanos del planeta tierra, con nuestras convicciones religiosas, desde nuestra circunstancia de crisis, respetando- dialogando con otras posturas, entendiendo que los criterios de verdad pueden ser múltiples, que el campo seleccionado es inabarcable y por lo tanto trabajamos con la incertidumbre.
    Por otro lado,  Diego Levis señala que en un principio, la incorporación de las redes en las escuelas argentinas tuvo lugar casi en su totalidad de la mano de la iniciativa particular. Recién en 1998 el ministerio de Cultura y Educación puso en marcha el proyecto Red de Escuelas  que tiene por objetivo conseguir que la comunidad educativa incorpore las TIC al proceso de enseñanza-aprendizaje.   El otro hito en materia de políticas de incorporación de Internet a la educación por parte del Gobierno Nacional lo constituye el proyecto Educ.ar, creado el 12 de mayo del 2000 como parte de un proyecto integral de carácter nacional que tiene como objetivo reducir la "brecha digital" mediante la incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación a través de Internet (TIC) en la educación. Luego de permanecer durante varios meses funcionando con un mínimo de prestaciones, Educ.ar fue relanzado oficialmente el 10 de julio de 2003
   Pero utilizar Internet no solo es estar conectados. Hacen falta instalaciones, mantenimiento, formación. Es preciso que los profesores piensen antes y reflexionar sobre qué se va a hacer, qué se va a utilizar, dice Miguel zapata. Desde el constructivismo, cada aprendizaje requiere unas condiciones concretas y diferentes a otro. Condiciones a determinar mediante procesos de planificación y de evaluación. Estas condiciones de aprendizaje están determinadas por dos elementos: Los Recursos Educativos y las estrategias de enseñanza, y por la interacción de ambos.
   Es en este marco de referencia en el que es entendido el uso de los medios informáticos, como recursos educativos específicos que favorecen el aprendizaje de ciertos contenidos asociados a situaciones especificas de aprendizaje y en relación con estrategias didácticas propias. Pero las corrientes y teorías constructivistas no son las únicas. Recientemente se han formulado modelos que explican el aprendizaje desde perspectivas que permiten incluir los contextos tecnológicos, y los entornos que propicia Internet, dentro de los factores de aprendizaje. Nos referimos a la Teoría de la Conversación y a la Teoría del Aprendizaje Situado

   La Teoría de la Conversación  parte del punto de vista de Vygotsky  sobre el hecho de que aprender es por naturaleza un fenómeno social. Desde este punto de vista Internet es un entorno que presupone una naturaleza social específica, la de individuos, grupos, etc. comunicados a través de la red o con su mediación, y también entraña un proceso a través del cual los aprendices crean una zona virtual de desarrollo próximo": La red aumenta lo que el alumno es capaz de aprender con el concurso de los demás. Aparte de las teorías constructivistas y conversacionales, hay otra teoría a la que se acude para defender la fiabilidad de Internet como medio de aprendizaje: es la Teoría del Conocimiento Situado. De acuerdo con ella, el conocimiento es una relación activa entre el individuo y un determinado entorno, además el aprendizaje se produce cuando el aprendiz está envuelto activamente en un contexto de instrucción de naturaleza compleja y real. El entorno Internet responde a las premisas del conocimiento situado en sus dos características principales: realismo y complejidad.
   Pero los profesores tienen derecho a plantearse si efectivamente esto ha contribuido a mejorar en alguna medida la calidad de los resultados obtenidos o por el contrario es como tantas veces una moda más. Y sobre todo saber, por la experiencia acumulada en otros sitios, en qué condiciones la incorporación se produce de una forma provechosa. Esto es: la efectividad pedagógica. Ya que la mayor parte de las veces el éxito o fracaso del recurso depende más del cómo y para qué se utiliza que de la naturaleza del recurso en sí. Estamos acostumbrados a ver instrumentos excelentes desaprovechados por un uso inadecuado, o a ver sacar excelentes resultados a recursos muy pobres. si bien en lo que a los profesores se refiere, el uso de la Internet puede ayudarles a reducir su sentido de aislamiento, conectarse con sus colegas y fomentar su autonomía, sin embargo, la naturaleza de la Internet , la angustia del acceder sin guía, etc. a los recursos, puede constituir una dificultad o un filtro, y generar diferentes tipos de actitudes en relación con el medio.  Internet cambia la forma de trabajar, hace que aparezcan nuevas formas: a distinto tiempo (de forma asíncrona) y en distinto lugar (a distancia). Hace posible que los alumnos y profesores distantes se comuniquen, o que alumnos presenciales puedan ser tutelados a distancia, en casa. También induce cambios en la metodología, favoreciendo formas más colaborativas de trabajo. En definitiva Internet es en sí misma es recurso específico para la educación que crea entornos propios de aprendizaje, docencia y trabajo para alumnos y profesores. Asimismo la red está llena de informaciones y de instrumentos que pueden ser utilizados de forma original y con carácter propio y real, como hemos visto, en un contexto educativo: son los recursos de Internet. Por último la Red, y sus servicios, establecen valores añadidos a la educación: Tutoría telemática, educación a distancia y metodologías propias (basadas en la comunicación distante y en la cooperación).
   De acuerdo a todo lo anteriormente citado podemos concluir  que el paradigma  de la complejidad  parte del caos y es, entre otras cosas, dialógico ya que utiliza la totalidad de las potencias humanas, incluyendo al hombre y su punto de vista. Se puede afirmar que internet es un sistema en el se producen procesos complejos tales como la hipertextualidad, interactividad, multimedialidad y ruptura espacio/ temporal cambiando la lógica de los medios de comunicación debido a que no se trata de un medio masivo sino individual en el que el sujeto participa activamente de las distintas plataformas interactuando y produciendo contenido. En consecuencia, internet es un sistema complejo porque integra y relaciona distintos elementos siendo un sistema abierto. Si pensamos en la educación, es necesario que los docentes reflexionen sobre el papel de internet en el aula a través del cual se puede generar entornos propios de aprendizaje y que puede cambiar la forma de trabajar haciendo que aparezcan otras  nuevas.




EPISTEMOLOGIA Y NUEVOS PARADIGMAS EN EDUCACION


La Doctora Denise Najmanovich dice que en la metamorfosis del conocimiento,  crisis es uno de los términos  que más escuchamos en los discursos referidos a la educación, como sensación de incertidumbre relacionada a los cambios vertiginosos que estamos viviendo. La sensación de crisis, preanuncia y participa del cambio. Hoy sentimos que lo que hace unos años se encontraba consolidado se está desarmando y, el conocer, siendo parte de nuestra vida cotidiana no podía quedar afuera de este cambio. Hay  una verdadera mutación de nuestras formas de vivir la relación de conocimiento y no simplemente un mero cambio de modelos, teorías y paradigmas. Desde esta perspectiva, podemos ver que es posible pensar que estamos viviendo una verdadera mutación ya que la transformación contemporánea del saber abarca mucho más que un cambio de paradigma en una o varias disciplinas, sino que afecta las múltiples dimensiones que hacen al conocimiento.
Si pensamos en términos multidimensionales podemos entrar de lleno al escenario de  la complejidad. La epistemología positivista redujo la actividad de conocer, multifacética, contextuada y  dinámica, hasta aplastarla y convertirla en un producto: el objeto del conocimiento. De esta forma se impuso una concepción del conocimiento como una actividad individual, producto de la pura razón.
Pensar nuestra situación contemporánea en relación al saber, sus posibilidades y desafíos, nos exige una mirada capaz de ver simultáneamente diversos aspectos e intentar realizar un enfoque que pueda considerarlas en interacción con los escenarios de la vida real, a diferencia de las propuestas disciplinarias de la modernidad. Para afrontar este desafío, la autora propone pensar y comparar tres escenarios, el “escenario” poético, el “escenario” mecánico- disciplinario y, el “escenario” de la red interactiva; con el objeto de mostrar como la tarea de enseñar y aprender han tomado formas diferentes según la concepción de conocimiento que tengamos, las tecnologías de la palabra y los medios de comunicación que utilicemos, los estilos vinculares que adoptemos, los valores que se pongan en juego y los modos en que se institucionalizan las prácticas de enseñanza- aprendizaje en cada sociedad, así como las redes que las vinculan y atraviesan. Estos escenarios son instrumentos que nos permiten pensar de forma multidimensional, permitiéndonos destacar algunos rasgos característicos que hacen posible diferenciar modalidades educativas radicalmente diferentes.
Hacer lugar a la complejidad en nuestras vidas, en nuestro pensamiento y en nuestro accionar, implica no solo una posición epistemológica sino también una actitud ética basada en la aceptación de nuestra  responsabilidad como productores de conocimientos y las limitaciones que toda perspectiva tiene, puesto que el  conocer es un proceso inagotable.

En la medida en que la transformación educativa planteada no  como una certeza asociada al cambio tecnológico, debe ser asumida por todos los actores sociales y no delegada en expertos devenidos “sabeloto”. El desafío educativo contemporáneo exige fundamentalmente una radical transformación en los valores privilegiados. La escuela de la modernidad se basaba en la reproducción y la disciplina. La escuela que necesitamos hoy requiere poner en primer plano  la capacidad de exploración, el procesamiento y organización de la información, la posibilidad de tejer múltiples relaciones entre las diversas temáticas.