lunes, 29 de agosto de 2016


EPISTEMOLOGIA Y NUEVOS PARADIGMAS EN EDUCACION


La Doctora Denise Najmanovich dice que en la metamorfosis del conocimiento,  crisis es uno de los términos  que más escuchamos en los discursos referidos a la educación, como sensación de incertidumbre relacionada a los cambios vertiginosos que estamos viviendo. La sensación de crisis, preanuncia y participa del cambio. Hoy sentimos que lo que hace unos años se encontraba consolidado se está desarmando y, el conocer, siendo parte de nuestra vida cotidiana no podía quedar afuera de este cambio. Hay  una verdadera mutación de nuestras formas de vivir la relación de conocimiento y no simplemente un mero cambio de modelos, teorías y paradigmas. Desde esta perspectiva, podemos ver que es posible pensar que estamos viviendo una verdadera mutación ya que la transformación contemporánea del saber abarca mucho más que un cambio de paradigma en una o varias disciplinas, sino que afecta las múltiples dimensiones que hacen al conocimiento.
Si pensamos en términos multidimensionales podemos entrar de lleno al escenario de  la complejidad. La epistemología positivista redujo la actividad de conocer, multifacética, contextuada y  dinámica, hasta aplastarla y convertirla en un producto: el objeto del conocimiento. De esta forma se impuso una concepción del conocimiento como una actividad individual, producto de la pura razón.
Pensar nuestra situación contemporánea en relación al saber, sus posibilidades y desafíos, nos exige una mirada capaz de ver simultáneamente diversos aspectos e intentar realizar un enfoque que pueda considerarlas en interacción con los escenarios de la vida real, a diferencia de las propuestas disciplinarias de la modernidad. Para afrontar este desafío, la autora propone pensar y comparar tres escenarios, el “escenario” poético, el “escenario” mecánico- disciplinario y, el “escenario” de la red interactiva; con el objeto de mostrar como la tarea de enseñar y aprender han tomado formas diferentes según la concepción de conocimiento que tengamos, las tecnologías de la palabra y los medios de comunicación que utilicemos, los estilos vinculares que adoptemos, los valores que se pongan en juego y los modos en que se institucionalizan las prácticas de enseñanza- aprendizaje en cada sociedad, así como las redes que las vinculan y atraviesan. Estos escenarios son instrumentos que nos permiten pensar de forma multidimensional, permitiéndonos destacar algunos rasgos característicos que hacen posible diferenciar modalidades educativas radicalmente diferentes.
Hacer lugar a la complejidad en nuestras vidas, en nuestro pensamiento y en nuestro accionar, implica no solo una posición epistemológica sino también una actitud ética basada en la aceptación de nuestra  responsabilidad como productores de conocimientos y las limitaciones que toda perspectiva tiene, puesto que el  conocer es un proceso inagotable.

En la medida en que la transformación educativa planteada no  como una certeza asociada al cambio tecnológico, debe ser asumida por todos los actores sociales y no delegada en expertos devenidos “sabeloto”. El desafío educativo contemporáneo exige fundamentalmente una radical transformación en los valores privilegiados. La escuela de la modernidad se basaba en la reproducción y la disciplina. La escuela que necesitamos hoy requiere poner en primer plano  la capacidad de exploración, el procesamiento y organización de la información, la posibilidad de tejer múltiples relaciones entre las diversas temáticas. 

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